UN DESCUBRIMIENTO SINGULAR EN TIJARAFE. RECUPERADA UNA PIEZA CERÁMICA ENTERA EN EL BARRANCO DE LOS GOMEROS

El pasado 11 de agosto se llevó a cabo una actuación arqueológica singular en Tijarafe: el levantamiento de un recipiente cerámico completamente entero en el Barranco de los Gomeros. El recipiente fue localizado el pasado año (2024), en el marco de las actuaciones del Proyecto Occidente, liderado por los doctores Francisco Pérez Caamaño y Javier Soler Segura, auspiciado por el Ayuntamiento de Tijarafe y financiado por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. El hallazgo se produjo en el marco de la 8ª Campaña Arqueológica del proyecto, centrada en la prospección del tramo sur del pago de Aguatavar y los barrancos de El Jesús, y que contó también con la participación del Tercer Campus de Arqueología de Tijarafe. Uno de los ámbitos espaciales de actuación fue el tramo del Barranco de los Gomeros que discurre entre la LP-1 y el límite superior del BIC homónimo, y fue en esta zona, precisamente, donde se produjo el hallazgo, concretamente en las denominadas Cuevas de las Jimenas. El descubrimiento se había mantenido en secreto, aunque con el conocimiento de las autoridades competentes, con la finalidad de planificar adecuadamente su recuperación (Ayuntamiento de Tijarafe, Cabildo de La Palma y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias). 

Se trata de una cueva natural que, a su vez, pertenece a un conjunto de 6 cavidades situadas en el tracto alto de la margen derecha del Barranco de los Gomeros, fuera de la delimitación del BIC del mismo nombre. El conjunto se localiza dentro de un complejo etnográfico muy relevante, abandonado hace varias décadas, compuesto por las mencionadas cuevas y una parcelación de la ladera que ocupa desde el tracto alto del barranco hasta el bajo, también abandonada y anegada de vegetación autóctona y alóctona (desde piteras y pencas hasta cornicales, tabaibas, verodes y palmeras). Las Cuevas de las Jimenas contienen numerosos elementos materiales de carácter etnográfico en estado de abandono (desde puertas de madera, fragmentos de molinos de mano, cestería, diversos y variados objetos de madera y metal, cerámica popular hecha a mano, etc.). Algunas cuevas presentan cerramientos abiertos con muretes de piedra como acondicionamiento, mientras que otras contienen marcos y puertas de madera, abiertas en la actualidad y de acceso libre. Informaciones orales confirman que este conjunto de cuevas fue utilizado hasta la década de los treinta como vivienda, para luego ser solo empleado como almacén de productos agropecuarios. Se abandonaría definitivamente hacia la década de los ochenta del siglo XX. 

La ubicación concreta del recipiente cerámico se sitúa en el interior de una de esas cuevas. Forma parte de un subconjunto de tres cuevas acondicionadas como recintos con muretes y con una plataforma delantera actualmente anegada de vegetación y grandes piedras. Todo el subconjunto tiene una visera basáltica orientada al suroeste de aproximadamente 30 m, que aparece derrumbada en gran medida en su extremo noroeste. La altura de la visera alcanza los 4 m. 

En todo el suelo de la cueva se observaron restos óseos de ovicápridos, carbones, maderas carbonizadas parcialmente, fragmentos cerámicos de recipientes históricos y malacofauna. En el interior de la cavidad hay sectores que pudieran albergar al menos 40 cm de potencia estratigráfica. La cueva no presentas condiciones de habitabilidad para desarrollar funciones domésticas, pues a pesar de que puede afirmarse que es de amplias dimensiones, su acceso es bajo y su interior oscuro. En tiempos histórico pudo haber tenido alguna función relacionada con la guarda del ganado o el almacenamiento de productos agropecuarios, pero puede afirmarse que es la cavidad con menores condiciones para el uso en la vida cotidiana, tanto aborigen como histórica.  

El recipiente cerámico se localiza en el fondo de una pequeña oquedad y a la que resulta complejo acceder, pues es necesario reptar hasta alcanzarla. Se halla en posición invertida, esto es, boca abajo, y su deposición en esta zona de la cueva debió ser claramente intencionada, pues los procesos posdeposicionales no actúan de una manera tan meticulosa como se observa en esta cerámica. No es posible conocer a priori ni la razón de su deposición en este pequeño agujero al fondo de la cueva ni el momento histórico en que se produjo, pero lo que sí es posible saber es que el recipiente es de naturaleza aborigen y que su ubicación en este espacio fue intencionada. 

En las prospecciones arqueológicas es frecuente localizar diversos tipos de objetos arqueológicos, que tras ser evaluados in situ, permanecen en su lugar de origen si su levantamiento no requiere urgencia para su integridad. En este caso, al tratarse de un recipiente cerámico entero, se evaluó la necesidad de recuperarlo, pues suele ser un tipo de objeto idóneo para el expolio. Su recuperación ha sido una labor de coordinación entre las administraciones públicas con competencias en patrimonio cultural y los miembros del equipo técnico del Proyecto Occidente, y parecía una oportunidad excepcional para ofrecer a la ciudadanía una muestra de lo importante que es la metodología arqueológica para la conservación y recuperación de nuestro patrimonio, en este caso arqueológico.  

Así, la planificación debía de contar no solo con las administraciones públicas (logística del Ayuntamiento de Tijarafe, financiación del Ayuntamiento y el Cabildo de La Palma y autorizaciones pertinentes del Gobierno de Canarias), sino también con la participación de un equipo técnico amplio. Así se aseguraría la integridad del objeto y su adecuada conservación y difusión. El recipiente se localizaba en el interior de una cueva con cierta dificultad para su acceso, y aunque estaba prácticamente exenta del suelo, presentaba algunas roturas y aparecía aprisionada fortuitamente por algunas piedras, lo que le había producido una grieta que amenaza su integridad. El equipo técnico encargado de la extracción de la pieza ha sido el habitual con el que cuenta el Proyecto Occidente, que tomó todos los datos técnicos antes, durante y después del levantamiento, añadiéndose además una restauradora profesional (Salomé González Rodríguez). Su labor se tornaba fundamental, porque la operación, aunque no presentaba peligro, sí lo representaba el riesgo de fractura tras los movimientos necesarios para su recuperación. El día anterior se consolidó la fractura y se planificó la extracción y el día 11 de agosto se produjo la operación con total éxito.  

Durante las operaciones se procedió también a la grabación de imágenes y vídeos con un equipo profesional con la finalidad de realizar un reportaje documental y que la ciudadanía pueda comprobar cómo se realizan este tipo de operaciones arqueológicas. Se pretende con ello fortalecer la conciencia ciudadana al respecto de las metodologías arqueológicas y su importancia para conservar y proteger nuestro patrimonio, al mismo tiempo que para divulgarlo.

La presentación, realizada el viernes 29 de agosto, contó no solo con la presencia de todo el equipo técnico, sino con la asistencia de Yaiza Cáceres Lorenzo, alcaldesa del Ayuntamiento de Tijarafe, Sergio Rodríguez Fernández, presidente del Cabildo Insular de La Palma, Nieveds Lady Barreto Hernández, consejera de Presidencia del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo Redondo, director general de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Jorge Pais Pais, jefe de Patrimonio Histórico y Arqueológico del Cabildo Insular de La Palma, y Aitor Rodríguez Pérez, concejal de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Tijarafe. El video puede verse en este enlace.

La pieza cerámica será custodiada por el Ayuntamiento de Tijarafe mientras se llevan a cabo las labores de restauración y los análisis pertinentes (estudio cerámico y fotogramétrico). Concretamente, ya sabemos que, a tenor de las fases cerámicas conocidas para de La Palma, la pieza corresponde a la Fase IVb, esto es, el tipo cerámico predominante al tiempo de la conquista. Sin embargo, por lo observado en una evaluación inicial, posee algunos aspectos decorativos novedosos, lo cual podría tener diversas explicaciones, entre las cuales pueden citarse o una variación local o la pervivencia de tradiciones alfareras anteriores. En cualquier caso, añadido a la belleza del recipiente y a la emoción característica de este tipo de hallazgos, debe esperarse un tiempo prudencial para disponer de una evaluación más precisa.