El Barranco de Los Gomeros se configura como uno de los poblados aborígenes en cuevas de mayor envergadura de la Isla. El centro neurálgico del conjunto arqueológico se sitúa en un recodo, a modo de meandro, en el tramo medio del barranco, encajado entre la zona El Jesús y Arecida, en el Término Municipal de Tijarafe.
Dicha zona está atravesada por la carretera que une los barrios de El Jesús y La Punta de Tijarafe por la costa, a la altura del paraje conocido como Ruiz.
Gran riqueza patrimonial
La zona delimitada como Bien de Interés Cultural alberga un importante conjunto arqueológico de los más sobresalientes de la isla de La Palma, tanto por la existencia de una gran cantidad de cuevas de habitación, muchas de las cuales poseen una estratigrafía de gran espesor, así como por la concentración de cavidades de proporciones muy grandes.
El mayor número de yacimientos lo encontramos en el tramo medio del Barranco de Los Gomeros, a ambos lados de la carretera, aunque la concentración de yacimientos más importante se encuentra en su margen derecha. Todos los factores anteriormente reseñados convierten a este poblado de cueva, sin ningún género de dudas, en el más interesante de la etapa aborigen de La Palma.
Una dilatada presencia humana
Esta Zona Arqueológica constituye uno de los mejores ejemplos sobre el hábitat característico de los aborígenes palmeros. La cultura material documentada en los trabajos de excavación y prospección revelan la existencia de un amplio repertorio de materiales arqueológicos, destacando los fragmentos cerámicos de todas las fases, lo cual indica que este lugar estuvo ocupado por los aborígenes durante bastante tiempo, en torno a 1500 años, lo cual abarca desde el mismo momento de su arribada a la isla hasta finales del siglo XV.
A la cerámica debemos añadir abundantes piezas de talla lítica sobre basalto, disyunciones columnares y pasta vítrea próxima a la obsidiana; las piezas óseas señalan una cabaña ganadera compuesta por rebaños mixtos de cabras, ovejas y cochinos, además de fauna silvestre como aves o el extinguido lagarto gigante de La Palma (Gallotia auaritae). Asimismo, el aprovechamiento de los recursos marinos debió de ser bastante frecuente, tal y como indican las abundantes conchas de lapas, burgados y restos de peces.
Por otro lado, las evidencias etnográficas las encontramos en muchos casos superpuestas a los propios yacimientos arqueológicos, o compartiendo localización, generalmente en forma de reutilización de las cuevas aborígenes. Sobre el resalte rocoso del saliente del barranco situado en la margen derecha, y que limita el conjunto al oeste, se sitúa un interesante conjunto etnográfico constituido por una era, un corral y un pajero con grabados cruciformes de época histórica. Destaca, por su factura y excepcional detalle, la representación de un naviforme, un barco de época histórica que aparece grabado en uno de los bloques del pajero. Dependiendo de la hora del día y de la inclinación de los rayos del sol, es posible apreciar motivos como los mástiles, la escalera o la pequeña barcaza que aparece en su costado.
Declaración como BIC: Decreto 29/2015, de 19 de marzo, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, «El Barranco de Los Gomeros»: https://goo.gl/rbXi7J